La investigación en cáncer es fundamental para lograr prevenir esta enfermedad, detectarla precozmente y tratarla adecuadamente ya que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer se ha convertido en la principal causa de muerte en el mundo. En 2020 se atribuyeron casi 10 millones de defunciones a esta enfermedad, es decir, casi una de cada seis de las que se registraron. Para hacer frente al principal problema sociosanitario del mundo y también de España es necesario que la investigación oncológica avance y para ello estudios como el segundo informe ‘Comprometidos con la investigación en cáncer’ son importantes porque ponen de manifiesto la situación actual, las fortalezas y los puntos de mejora.

Para conocer la situación de la investigación oncológica en nuestro país, la Asociación Española Contra el Cáncer y la Fundación “la Caixa” han presentado el segundo informe ‘Comprometidos con la investigación en cáncer’, que en 2018 tuvo una primera entrega en la que también participó la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA). En esta nueva versión del estudio se ha analizado la situación de la investigación y la innovación oncológica en España en el periodo 2016-2020.

La financiación de la investigación en cáncer

La gran noticia que arroja el estudio en lo que se refiere a la financiación de la investigación oncológica es que las organizaciones filantrópicas, como la Asociación Española Contra el Cáncer, han triplicado su inversión entre 2015 y 2020 hasta alcanzar los 140 millones de euros (126,5% de variación entre 2015-2017 y 2018-2020), igualando lo invertido por la Agencia Estatal de la Investigación. Este impulso aportado por las entidades filantrópicas ha apoyado la transferencia de conocimientos para que este esfuerzo llegue cuanto antes a las personas enfermas, bien a través de ensayos clínicos o del desarrollo de productos y servicios.

La financiación pública nacional, que ha destinado a la investigación en cáncer 347 millones de euros durante los cinco últimos años, ha presentado un ligero aumento en el periodo 2018-2020. Por su parte, la captación de fondos europeos se ha recuperado en 2019 y 2020 con valores cercanos a los del año 2017. Entre 2015 y 2020, los fondos europeos supusieron un aporte de 205 millones.

España, el país con menor crecimiento del gasto en I+D de todos los países de referencia

El informe concluye que a pesar de que el gasto general en I+D+i ha recuperado los niveles de 2010, el 1,41% actual de PIB dedicado por España a investigación está lejos del 2% que el Plan Estatal para la Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2017-2020 establecía para 2020. España es el país con el menor crecimiento del gasto en I+D en términos de PIB de todos los países de referencia, con un ligero incremento del 1,36% al 1,41% en la última década.

En el apartado de innovación en la investigación oncológica, la financiación pública en España se realiza mayoritariamente en forma de préstamos a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (con más del 80% de la financiación reembolsable), lo cual sitúa en desventaja a las empresas innovadoras de España frente a las de otros países, que tienen más acceso a subvenciones. Por ello, las empresas españolas sufren un endeudamiento excesivo que limita su crecimiento. Sin embargo, en 2020 se ha observado un cambio de tendencia gracias a los fondos Next Generation y a los programas Misiones Grandes Empresas y Neotec.

Necesidad de un relevo generacional

A pesar de que los investigadores españoles están en la élite mundial, sigue sin mejorar el relevo generacional ni el liderazgo de la mujer en la ciencia. España tiene un perfil envejecido y masculino, debido a un mayor apoyo a investigadores con carrera consolidada frente a los que están iniciando su carrera. Esto compromete seriamente la sostenibilidad del sistema español de investigación en el futuro.

Esta situación queda de manifiesto en el hecho de que la mayor parte de la financiación es captada por categorías senior. Si bien los investigadores españoles son muy competitivos en las convocatorias del European Research Council (ERC), lo son especialmente en las ayudas advanced y no starting, al contrario de lo que sucede, por ejemplo, en Países Bajos.

A esto hay que añadir que en el conjunto de las convocatorias del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y Agencia Estatal de Investigación (AEI), el número de mujeres investigadoras principales se sitúa cerca del 40%, una proporción que apenas ha mejorado en la última década. Las mujeres investigadoras siguen siendo ligeramente más jóvenes que los investigadores principales varones y la media de edad de los investigadores parece estar estabilizándose alrededor de los 50 años.

Una investigación no siempre alineada a las necesidades del paciente

Los datos del informe también revelan que el impulso de la investigación traslacional y clínica está por debajo de las necesidades de los pacientes. Esto se constata en algunos tumores con la supervivencia más baja (pulmón, páncreas, esófago, estómago e hígado) que representan el 38% de la mortalidad por cáncer y solo cuentan con el 17% de toda la inversión pública y el 21% de todos los ensayos clínicos.

A esto hay que añadir que en España la financiación pública a proyectos de I+D empresarial se concentra en las patologías oncológicas más prevalentes y donde el desarrollo tecnológico en diagnóstico y tratamiento se encuentra más avanzado: cáncer colorrectal (32.7%) y próstata (7.9%). En lo que se refiere a la financiación pública a la investigación básica se centra en tumores del sistema nervioso central (11.7%) y leucemia (11.3%), ambos con menor prevalencia entre la población.

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