El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres. Se considera que el riesgo de padecer la enfermedad a lo largo de la vida es del 12%, 1 de cada 8 mujeres.

El mayor número de diagnósticos se realiza en las mujeres entre 45-65 años. La incidencia de cáncer de mama se ha incrementado en los últimos años, mientras la mortalidad por el contrario está en descenso gracias a los programas de screening que permiten realizar una detección precoz y a las mejoras en los tratamientos de la enfermedad.

Hay determinados factores que pueden hacer que la probabilidad de tener la enfermedad sea mayor. Éstos son los denominados factores de riesgo. En el caso del cáncer de mama existen algunos que no son modificables como son: el sexo, la edad, la raza o la historia familiar.

Pero es posible que no seamos conscientes de que hay muchas medidas que SÍ que ayudan a reducir el riesgo de mortalidad por cáncer de mama e, incluso, nos pueden ayudar a prevenirlo.

¡Te lo contamos!


¿Cómo prevenir la aparición del cáncer de mama teniendo en consideración los factores de riesgo modificables?

Sabemos hoy en día que evitar el sobrepeso/obesidad y sedentarismo disminuyen el riesgo de cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas.

  • Un amplio estudio observacional detectó que una reducción de un 5% del peso en la etapa premenopáusica y postmenopáusica podía reducir la incidencia de cáncer de mama en un 25-40% en comparación con las mujeres que no perdían peso. Esto es consistente con lo observado en otros estudios similares.
  • La obesidad se relaciona con un incremento del riesgo de cáncer de mama. El aumento de la grasa corporal favorece un ambiente proinflamatorio y alteraciones en los niveles de hormonas circulantes que hacen más probable la aparición de un cáncer.
  • Por otra parte, se sabe que la actividad y ejercicio físico regular son factores protectores frente al cáncer de mama. Se ha constatado que esta actividad física de intensidad moderada-alta debe ser de al menos 3 METS (que es la unidad de referencia en ejercicio físico), lo que equivaldría a actividades del tipo: caminar a ritmo ligero, bailar, participar en juegos con niños o movilizar cargas medianas.

También se ha observado que un patrón de dieta mediterránea, rica en fruta, vegetales y pescado; disminuye el riesgo de cáncer de mama. Algún estudio ha señalado que las mujeres que consumen cereales de grano entero frente a los refinados, tienen menos riesgo de cáncer de mama.

Prevención del cáncer de mama: alimentación saludable

Hay estudios que han relacionado diversos aspectos de la nutrición y el cáncer de mama:

  • El consumo de carotenoides disminuye el riesgo de cáncer de mama.
  • Las legumbres contienen fitoestrógenos que disminuyen el riesgo de cáncer en mujeres postmenopáusicas.
  • El consumo de más de 10 mg/día de isoflavonas de la soja reduce el riesgo de cáncer de mama y el riesgo de recurrencia.
  • La grasa saturada aumenta el riesgo de cáncer de mama. Se debe a que aumenta la producción endógena de hormonas (estrógenos) en mujeres postmenopáusicas.
  • Es aconsejable también tener una ingesta reducida de alcohol en tanto que su consumo incrementa el riesgo de la enfermedad. Esto se debe fundamentalmente a una sustancia derivada del metabolismo del alcohol, el acetaldehído, y por otra parte el consumo de alcohol también favorece un incremento del nivel de estrógenos entre otras alteraciones hormonales.
  • Está establecido claramente que el tabaco también aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama. Existe un incremento del riesgo tanto para fumadoras activas como pasivas. Este riesgo es mayor para mujeres con larga historia de tabaquismo y haber fumado antes del primer embarazo a término.

Por último, algunos otros factores que pueden influir en el riesgo de padecer cáncer de mama son:

  • La existencia de una mutación de riesgo para cáncer de mama (ej: BRCA1 y BRCA2). Las personas deben ser evaluadas en unidades de consejo genético para adecuar posibles controles o tratamientos preventivos.
  • La lactancia materna prolongada (1,5-2 años) es también un factor protector.
  • El tratamiento hormonal sustitutivo (administración de hormonas para mejorar los síntomas de las mujeres tras la menopausia) se desaconseja de forma general.

Adoptar hábitos saludables y tener en cuenta estas medidas preventivas es importante para prevenir la aparición del cáncer de mama.

¿Cómo podemos intentar disminuir la mortalidad por la enfermedad?

Para ello, además de los avances terapéuticos es importante la participación en los programas de cribado.

El diagnóstico precoz permite detectar el cáncer de mama en su fase inicial, cuando todavía no han aparecido los síntomas o signos. Este es el objetivo de los programas de cribado poblacional, mediante los cuales se realizan pruebas de forma periódica a la población sana con la intención de detectar el cáncer en estadios iniciales.

Las posibilidades de curación de los cánceres de mama que se detectan en su etapa más precoz (in situ) son prácticamente del 100%. En general, cuanto antes se realice el diagnóstico, más probable será la curación de la enfermedad.

En la actualidad, en España, el cribado poblacional para el cáncer de mama. está establecido por el Sistema Nacional de Salud, dentro de su cartera de servicios, para su realización en todas las comunidades y ciudades autónomas.

Este se implementa mediante la realización de la mamografía bienal (cada 2 años) a mujeres entre 50-69 años. Estas recomendaciones aplican a mujeres asintomáticas.

En cualquier caso, ante la aparición de síntomas sospechosos, deberá realizarse el estudio con las pruebas adecuadas para llegar al diagnóstico.

Las recomendaciones esenciales que hacemos desde la asociación son por tanto:

Adoptar hábitos de vida saludable, y participar en los programas poblacionales de cribado de cáncer de mama. Y ante cualquier duda o sospecha, no dudes en consultar con tu médico.

Cribado de cáncer de mama