“España cuenta con una calidad científica totalmente demostrada, pero falta acercarla al bienestar del paciente”, analiza Irene Sánchez, responsable de Innovación en la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer, cuando habla sobre qué es la innovación en la investigación del cáncer. 

En la Asociación, entendemos la innovación como “cualquier solución nueva basada en el conocimiento científico que tenga un impacto significativo en el bienestar del paciente con cáncer”, lo que contribuirá a superar el 70% de supervivencia en cáncer en 2030.  

Según la segunda edición del informe “Comprometidos con la investigación en cáncer”,   realizado en 2022 por la Asociación en colaboración con la Fundación ”la Caixa”, nuestro país es el que menos invierte en I+D del grupo de países analizados (Países Bajos, Italia, Alemania, Francia, Portugal y España) con solo un 1,41% del PIB destinado a este campo, muy alejado del necesario 2% que establecía para el año 2020 el Plan Estatal para la investigación Científica, Técnica y de Innovación 2017-2030. 

Sin embargo, la inversión específica en investigación e innovación en cáncer en España ha aumentado en los últimos años, sobre todo gracias a programas específicos como los de la Asociación, la entidad privada y social que más fondos destina actualmente a la investigación en cáncer en España.   

Las entidades sin ánimo de lucro españolas son las responsables del aumento al apoyo a la investigación oncológica en un 125%, según el segundo informe Comprometidos con la investigación en cáncer, que destaca la necesidad de un Plan Nacional de Investigación en Cáncer para que, entre otros temas, la innovación de respuesta a las necesidades de las personas enfermas.

La Asociación Española Contra el Cáncer y su apoyo a la innovación oncológica 

Actualmente las mayores dificultades de financiación en investigación en cáncer, el problema sociosanitario más importante del mundo, comienzan a partir del momento en que los resultados de investigación son potencialmente materializables para llegar al paciente.

En esta fase de la investigación la incertidumbre en cuanto al éxito del proyecto es muy alta, al igual que el coste económico, por ello son proyectos reconocidos como de “alto riesgo”. Este alto riesgo y falta de financiación hace que se encuentren en lo que se conoce como “valle de la muerte”, es decir, ante una brecha que dificulta la financiación exitosa del proyecto de investigación y que impide acercar los resultados al paciente. 

Por eso, desde la Asociación contamos con distintas convocatorias de innovación para apoyar la explotación y transferencia de los resultados de la investigación al paciente. En el año 2020 adjudicamos una convocatoria propia llamada AECC Innova con el fin de que se hicieran las pruebas de concepto necesarias que permitan acercar estos resultados a los pacientes.  

De los 13 proyectos financiados por la Asociación han nacido 5 spin offs, o empresas de base tecnológica, en Barcelona, Madrid, Pamplona, Granada o Galicia. Estas pruebas de concepto han dado resultados muy positivos, y al saber que los resultados podrían beneficiar a los pacientes es necesario dar un paso más. Sin embargo, el apoyo de la Asociación va más allá porque también acompañamos a investigadores y centros dentro de un ámbito que no es propiamente académico.  

“El apoyo económico es importante, la ciencia debe ser siempre excelente, pero no podemos perder nunca de vista el impacto que entidades, como la Asociación, generamos en la comunidad científica y, sobre todo, en los pacientes con cáncer y sus familiares”, concluye Irene Sánchez.