El proceso oncológico viene acompañado de emociones muy variadas e intensas. Una de las formas que tenemos de manejarlas es a través del llanto. Éste nos sirve para expresar cómo nos sentimos.

No puedo dejar de llorar, ¿qué hago?

El llanto no es una emoción, es una forma de expresar cómo sentimos. No solo lloramos cuando estamos tristes, sino también cuando sentimos otras emociones.

Un diagnóstico de cáncer supone una pérdida a todos los niveles, familiar, laboral, económico, personal… Por ello, tiene sentido que, ante la enfermedad, la tristeza durante el cáncer aparezca para ayudarme a aceptar mi nueva realidad. Y el llanto para ayudarme a gestionar esta tristeza.

Sin embargo, no siempre es tan sencillo. A veces el llanto es tan intenso como lo que estamos sintiendo, y eso complica nuestro día a día. Podemos tener la sensación de no poder controlar cuándo lloramos y cómo nos sentimos. Esto puede generar una sensación de incapacidad y falta de control, que conlleva aún más intensidad emocional. Por ello, es esencial comprender la importancia del llanto y la ayuda que nos proporciona en el día a día. Así, desde la Asociación Española Contra el Cáncer queremos proponerte una serie de claves que puedan ayudarte a convivir con él.  

¿Y si no puedo llorar?

Puede que te peguntes qué ocurre cuando, a pesar de sentirte extremadamente mal y tener tristeza durante el cáncer, no puedes llorar. Hay diferentes maneras de mostrar cómo nos sentimos. A veces, nuestra expresión facial, forma de comunicarnos o nuestro comportamiento muestran, sin darnos cuenta, nuestras emociones. Que no llores no significa que algo no vaya mal, sino que tu forma de expresar tu emoción es diferente. Lo esencial en este caso es identificar cómo me encuentro y pedir lo que necesito, ya sea su compañía o un simple abrazo.

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