Son muchos los hitos alcanzados por la Asociación Española Contra el Cáncer en estos casi 70 años de historia. Entre ellos, el ser la primera entidad privada que más fondos destina a investigación oncológica en España. Pero detrás de la historia de la Asociación está el trabajo incansable de sus muchos voluntarios. Una labor que no se ha detenido ni si quiera en tiempos de pandemia. Porque el cáncer tampoco se detiene.

De hecho, la pandemia, lejos de paralizar la labor voluntaria, ha llevado a recordar la importancia de la salud. También entre los jóvenes que se han animado más que nunca a aportar su granito de arena. Y es que cualquier ayuda, aunque parezca poca, supone mucho para los pacientes con cáncer.

La labor de los voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer, no obstante, es muy diversa. Desde personas que se enfocan al ámbito asistencial y al acompañamiento, personas que trabajan en el área administrativa o que crean talleres y eventos. Todo depende de las habilidades o de las necesidades de cada voluntario. Porque todas las actividades son igual de importantes.

Gestión de eventos en la Asociación Española Contra el Cáncer

Así lo cuenta Bruno Ibáñez López, un joven de 20 años que entró en la Asociación Española Contra el Cáncer tras el fallecimiento de su padre por un cáncer de colon. En su caso, para evitar un mayor impacto emocional, decidió no centrarse en la asistencia, sino colaborar en la gestión de eventos con la Unidad de Distrito del Eixample de Barcelona.

El voluntariado te permite compatibilizarlo con tu tiempo libre. La gente no se apunta porque le da miedo no poder estar todos los días o porque creen que le van a mirar mal por no ir todos los días, pero no es así. La gente de la Asociación Española Contra el Cáncer es consciente de que tienes una vida”.

En su trayectoria como voluntario ha colaborado en la gestión de eventos como un show cooking, una masterclass de yoga, o la organización de una carrera. “Las unidades de distrito tenemos libertad para hacer aquellos eventos que nos gustan e interesan. Como voluntarios también tenemos libertad para ver cómo queremos y podemos colaborar”.

Amistad

La pandemia ha impedido llevar a cabo muchos eventos previstos, precisamente para evitar el posible contagio de los pacientes, pero aún así, y de forma online, su grupo ha seguido llevando a cabo diversas actividades. En el caso de Bruno, además, la posibilidad de trabajar online ha sido fundamental, ya que se ha mudado de Barcelona a Madrid y de Madrid a Dublín. Pero decidió permanecer en el mismo grupo de trabajo.

“He hecho un grupo de amistades en la Unidad de Distrito del Eixample y prefiero seguir con ellos”. Y es que los voluntarios también tienen sus propias historias que a veces son más fáciles de compartir dentro del grupo. “Para mí, la Asociación Española Contra el Cáncer fue parte de mi duelo, algo muy importante, una forma de tener presente a mi padre haciendo cosas para la Asociación Española Contra el Cáncer. Me produce una satisfacción alucinante, no deja de ser algo que es parte de mi vida”.

Sin embargo, en el caso de Bruno, su acercamiento a la Asociación fue tiempo después de la pérdida de su padre. “Al año siguiente de la muerte de mi padre, en marzo, fui una charla de la Asociación Española Contra el Cáncer y allí me dieron un formulario para colaborar como voluntario. Quería colaborar con la Asociación Española Contra el Cáncer sin que ello fuera una carga emocional para mí. Me vieron con ilusión y me dijeron que sí”.

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Formación flexible

Respecto al proceso para entrar a formar parte del voluntariado de la Asociación, Bruno aporta algunos puntos clave. Uno es la necesidad de formarse sobre el cáncer. Otro es que incluso esta formación es bastante flexible. “Tuve que hacer una formación online. En ella había vídeos con diferentes conocimientos sobre el cáncer, había algunas cosas que conocía y otras muchas, no. También sobre cómo afrontar el voluntariado y cada situación en la que vas a colaborar, como hacer encuestas o la hucha. Hay que conocer una parte específica de la Asociación Española Contra el Cáncer en función de lo que vas a hacer. Necesitas una formación para saber cómo actuar de cara al público. Recuerdo que fueron dos días durante un fin de seman, a mi ritmo y sin prisa, viendo vídeos y haciendo algún cuestionario”.

Al ver la experiencia de Bruno, varios de sus conocidos le han pedido informarse sobre cómo colaborar con la Asociación Española Contra el Cáncer. “Ahora todo es COVID19, pero el cáncer no para. Hay mucha gente afectada que necesita ser atendida. Es muy probable que el cáncer esté dentro de tu familia”. En este sentido, Bruno insiste en la importancia de contar con gente joven, que aporte nuevas ideas, experiencias y perspectivas en la labor de voluntariado.

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Implicado

“Cuando has pasado algo tan complicado como el cáncer de un familiar tan cercano y la gente ve que te involucras, también incitas a otras personas a apuntarse a colaborar o a estar más al corriente sobre este tema”.

Tras el cáncer de su padre, Bruno vuelve a vivirlo de cerca con el diagnóstico de un cáncer de mama de su abuela. “Le han hecho dos operaciones y está bien. Son personas con una gran fortaleza mental. El mismo día de la operación, cuando le dieron el alta, al llegar a casa ya me estaba preguntando lo que quería para comer. Le dije que esta vez era yo quién iba a cuidar de ella”. Esa es al fin y al cabo la labor de los voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer, hacer que nos demos cuenta de la importancia de cuidar a los demás.