Buscar un nuevo empleo es siempre un momento complejo. Nos enfrentamos a dudas, a inseguridades, a un mercado laboral cambiante, al manejo de las expectativas… Si esta situación es así para cualquier persona, para alguien que acaba de afrontar un proceso oncológico puede ser aún más difícil. Y es que, en ocasiones, el cáncer ha supuesto también un parón en nuestra vida laboral que, una vez recuperados, debemos afrontar.

Para estar más preparados ante esta situación, expertos de la Asociación Española Contra el Cáncer han desarrollado un taller de sobre “Inserción laboral y desarrollo profesional después del cáncer”. En el mismo, Damián Castañeda, trabajador social de Infocáncer, y Pablo Márquez Cano, trabajador social de la sede de Madrid, han ofrecido una serie de ideas prácticas respecto a cómo afrontar esta búsqueda de empleo y las herramientas más necesarias. Pero sobre todo han dejado clara una idea: pese a que haya un parón en el currículum, no lo hay en nuestra experiencia. Afrontar un cáncer conlleva muchas lecciones personales que también nos hace crecer como profesionales.

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Primer paso: preparar el CV

Antes de iniciar la búsqueda de empleo es necesario que nos enfrentamos al primer paso: redactar o actualizar nuestro currículum vitae.

Es importante saber que hay diferentes modelos o formas de enfocar nuestro CV, para saber cuál puede ser la más indicada, según nuestro caso.

  • Currículum cronológico. En este tipo de modelo, además de nuestros datos personales y formación académica, lo que destaca es nuestra experiencia laboral. Puedes optar por un modelo cronológico directo, en el que nuestros anteriores empleos se muestran de más antiguo a más reciente; o por un modo inverso, de más nuevo a más antiguo. Su punto a favor es que muestra de forma clara nuestra trayectoria laboral.
  • Currículum funcional. Pese a mostrar igualmente nuestros datos, como formación y datos personales, y empleos anteriores, en este caso lo más destacado serán nuestras habilidades como profesionales. Así, se trata de buscar una plantilla más visual en la que destaquemos algunas habilidades. Por ejemplo: trabajo en equipo, creatividad, capacidad adaptativa, asertividad, liderazgo, capacidad de toma de decisiones, experiencia en el trabajo bajo presión, etcétera.
  • Currículum mixto. Consiste en un modelo que aúne estas dos versiones.

En el caso de enfrentarnos a un parón profesional, optar por un currículum cronológico no es la opción más adecuada; ya que hace más evidente ese vacío en nuestra trayectoria. En cambio, elegir un currículum funcional puede ayudarnos a mostrar todo lo aprendido en el proceso oncológico. Como pacientes hemos tenido que trabajar en equipo con médicos y familiares, hemos aprendido a tomar decisiones difíciles, nos hemos adaptado al cambio, hemos manejado la incertidumbre…

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Carta de presentación y certificados

Otras herramientas que debemos tener en cuenta antes de iniciar la búsqueda de empleo es la redacción de una carta de presentación y contar, si es necesario, con un certificado de discapacidad o de vulnerabilidad.

Respecto a la carta de presentación, los expertos matizan que el formato papel ya ha quedado desactualizado, pero actualmente nuestro CV suele remitirse por mail, por lo que necesitamos acompañarlo con un escrito. Incluso en algunas solicitudes online nos piden un breve texto a modo de presentación. Una vez más, debemos aprovechar lo aprendido en nuestra experiencia como paciente para destacar los puntos fuertes que hemos descubierto de nosotros mismos. En el caso de ser una oferta concreta, es importante citar aquellas características que puedan ajustarse más al puesto solicitado.

En el caso de los certificados, la realidad es que algunos pacientes, bien de forma previa o bien como consecuencia del cáncer, se han de enfrentar a limitaciones físicas o psíquicas que pueden suponer un grado de discapacidad. Siendo así, solicitar un certificado de discapacidad. Si bien desde Infocáncer se ofrecen talleres concretos sobre todo lo que hay que saber de estos certificados, a modo general, es importante saber que contar con los mismos puede suponer beneficios sociales como programas formativos específicos y el acceso a ofertas de empleo para personas con discapacidad para empresas públicas y privadas.

Otra posibilidad, para pacientes cuya situación previa, o a raíz de la enfermedad, haya supuesto un problema socioeconómico, es solicitar un certificado de riesgo de exclusión social. Se trata de personas que ya deben estar en seguimiento por parte de los servicios sociales de sus ayuntamientos de referencia, por lo que esta gestión debe tramitarla su trabajador social, para poder acceder igualmente a los consiguientes beneficios sociales.

Portales de búsqueda de empleo

Una vez tenemos preparado todo lo necesario, es hora de iniciar la búsqueda activa de empleo. Actualmente este proceso suele realizarse a través de portales de búsqueda de empleo en Internet. Eso sí, no todos los portales son iguales. Existen algunos más generalistas en los que podemos encontrar ofertas de todo tipo y otros más centrados en sectores especializados, que podemos conocer por asociaciones, sindicatos u otros grupos profesionales. Además, las grandes empresas cuentan con sus propios portales en los que podemos inscribirnos y estar al día de las ofertas que se vayan publicado.

Teniendo esta información en cuenta, la recomendación de los expertos pasa por estar en un par de portales más generales, pero buscar también algún portal de nuestro sector, en el que tengamos acceso a ofertas más centradas en nuestra experiencia laboral.

El momento de la entrevista

Si todo se ha dado bien, habremos sido seleccionados para realizar una primera entrevista. Entonces surge una primera pregunta: ¿Y si me preguntan por el tiempo que no he estado activo? ¿Debo contar algún dato sobre mi enfermedad?

Ante esta duda frecuente, los expertos de la Asociación recuerdan que esta es una decisión personal. En el caso de que surja el tema, lo más recomendable es contar con naturalidad que hemos pasado un proceso oncológico, del que ya estamos recuperados; y que por ello estamos en una búsqueda activa de empleo. Si lo vemos necesario, podemos citar que esta esta experiencia nos ha permito desarrollar aún más algunas habilidades que nos serán útiles en el ámbito profesional, pese a ese parón temporal. Sin embargo, no es necesario, ni recomendable, entretenerse más en el tema, ni aportar datos más concretos o entrar en el relato personal de nuestra experiencia.

Un tip útil puede ser preparar previamente nuestra respuesta. Al igual que nos preparamos para otras preguntas que pueden hacernos durante la entrevista, podemos ensayar con un amigo, familiar o delante del espejo. Así conseguiremos sentirnos más seguros en ese momento.

Además de esta cuestión, los expertos ofrecen otros tips a tener en cuenta para dar la mejor impresión posible en esta primera entrevista; y estar más cerca de conseguir nuestro objetivo de un nuevo empleo:

  1. No hablar demasiado ni interrumpir.
  2. Prepararnos para posibles preguntas que puedan realizarnos durante la entrevista.
  3. No criticar anteriores empleos.
  4. Intentar no cometer fallos tanto en el lenguaje verbal como en el no verbal (postura, gestos, etc).
  5. Cuidar nuestro dresscode. No solo vestir formal, sino evitar, por ejemplo, vestir de la competencia si vamos a una entrevista en el sector textil.
  6. No acabar la entrevista preguntando si somos elegidos, esperemos la llamada tras considerar a todos los candidatos.
  7. Evitar fallos de puntualidad, tanto por exceso como por defecto.
  8. No mostrar falta de empatía ni falta de interés.
  9. No falsear nunca información personal.
  10. Cuidado con realizar preguntas inadecuadas.