Aunque algunos tipos de cáncer se pueden detectar con pruebas de detección precoz en estadios tempranos (cuando no hay síntomas) -como el cáncer de colon, el de mama o el de cérvix-; para muchos otros tumores no existen programas de cribado. Sin embargo, sí podemos estar atentos a ciertos síntomas y signos de alarma que nos ayuden a identificar cuándo debemos acudir al médico. 

Es importante tener en cuenta que dichos síntomas o signos corresponden también frecuentemente a enfermedades benignas o transitorias, pero lo importante es que si identificas alguno de ellos acudas al médico para que pueda hacer un diagnóstico.

1. Bulto o nódulo

Aunque la mayoría de los bultos o nódulos suelen ser debidos a  procesos benignos, si no desaparecen, se debe acudir al médico para que valore las causas y vea la necesidad de hacer pruebas.

2. Heridas que no cicatrizan

Debes consultar al médico si aparece una lesión (herida, costra o mancha) que sangra, pica y no cicatriza; ya sea en la piel o en las mucosas.

3. Manchas o lunares que cambian de forma o color

Recuerda la regla del ABCDE, que puede ser manifestación de un cáncer de piel y acude a tu médico.

4. Sangrado o hemorragias anormales

Con frecuencia, algunas personas tienen tendencia a sufrir pequeños sangrados de encías (tras cepillado dental) o nasales, sin que estas tengan una trascendencia clínica importante. Sin embargo, si el sangrado es , vaginal, sucede con la tos o con el vómito, o si aparece sangre en la orina o en las heces, es un motivo de consulta con el médico.  Dependiendo de la cuantía y duración, las hemorragias tener consecuencias. En estos casos es importante que el médico te explore e intente diagnosticar la causa y te ofrezca tratamiento  en caso necesario.

5. Cambios en los hábitos urinarios

Si te cuesta el inicio de la emisión de orina, si orinas  sobre todo por la noche, si te duele, o notas escozor al orinar, si hay disminución en la fuerza del chorro, y si aparece color oscuro o sangre, o notas algún tipo de dolor al orinar; no dudes en consultar con el médico.

6. Cambios en los hábitos intestinales

Los cambios bruscos en los  hábitos intestinales habituales (de diarrea a estreñimiento, o viceversa, o si se alternan); si aparecen heces de color negro (melenas); o en caso de tener algún tipo de molestia, dolor o dificultad al ir al baño (sensación se no evacuar totalmente). Cualquiera de estas situaciones es motivo para consultar.

7. Pérdida de peso sin justificación 

Si estás perdiendo peso sin explicación aparente de forma mantenida en el tiempo (sin evidente cambio de hábito alimentario ni variación en la actividad física), conviene que consultes con tu médico.

8. Tos o ronquera persistente

La tos o ronquera pueden indicar muchas cosas. Si no estás pasando por un cuadro de catarro o gripe (u otra infección respiratoria pasajera); y no notas mejoría debes consultar con el médico. Y si eres fumador, presta especial atención a tus síntomas respiratorios y acude al médico ante cualquier cambio.

9. Dolor permanente

El dolor es un síntoma muy inespecífico que obedece a muchas causas, pero hay algunos tipos de cáncer que pueden manifestarse de esta manera en algún momento del proceso de enfermedad. Tengamos especial atención en dolores de muchos días, que no tienen causa aparente, y que no desaparecen o no ceden con reposo ni tratamiento analgésico razonable.

10. Cansancio

El cansancio exagerado que no disminuye con el descanso y permanece sin causa aparente, puede en algunos casos estar asociado a algún tipo de cáncer. Acude a tu médico para que lo valore.

11. Fiebre

La fiebre es un signo inespecífico y muy general. En algunos casos, el aumento de temperatura corporal puede estar asociado a algún tipo de tumor. Siempre que se tenga fiebre es importante cuantificarla (usando un termómetro) y comunicárselo al médico. En ocasiones, las elevaciones de temperatura a última hora de la tarde, en no demasiada cuantía (37-37.5º), puede ser un signo de alarma y debe ser consultado. 

Disminuye tu riesgo

Recuerda que entre el 30% y el 50% de casos de cáncer se pueden reducir con estilos de vida saludables. Esto significa que hábitos como realizar actividad física, alimentarse saludablemente, no fumar y no beber alcohol disminuyen significativamente el riesgo de cáncer.