Con el lema de El rosa es más que un color, la Asociación Española Contra el Cáncer quiere reivindicar que a pesar de los avances que se han producido en la investigación en cáncer de mama, que han logrado aumentar la supervivencia media a 5 años al 85%, todavía queda mucho por hacer porque el 15% de las pacientes no logran superar la enfermedad. Para concienciar a la sociedad de que todavía queda mucho por hacer son importantes actividades como la jornada organizada por la Associació Contra el Càncer a Barcelona con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama.

Esta jornada abordó diversos aspectos relacionados con el impacto que tiene sobre la salud y en la vida de las pacientes, desde las repercusiones de un diagnóstico de cáncer de mama sobre las pacientes con edad avanzada y situación de soledad no deseada hasta la evolución de la cirugía de mama hacia una personalización, pasando por la labor del voluntariado testimonial y concluyendo con un taller en el que se dieron consejos sobre nutrición y ejercicio físico.

¿Cómo afecta la soledad no deseada en pacientes con edad avanzada?

La jornada comenzó con una mesa redonda en la que se abordó cómo afecta el cáncer de mama a personas con edad avanzada y en una situación de soledad no deseada. Una realidad que fue analizada desde una visión interdisciplinar que aportaron Herminia García,  fisioterapeuta oncológica de la Associació Contra el Càncer a Barcelona; Anaïs Pascual, trabajadora social en el Hospital Clínic de Barcelona; Pau Berbel, responsable del proyecto Vulnerabilidad y cáncer de la Fundació Pere Tarrés; Sara Cos, psiconcóloga en la Associació Contra el Càncer a Barcelona; Anna Rodríguez, enfermera de Práctica Avanzada Cáncer Mama del Hospital Clínic; y Maria Pi, oncogeriatra en el Hospital del Mar.

Según el informe del Impacto del Cáncer en España elaborado por el Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, se estima que 48.508 personas diagnosticadas de cáncer cada año viven solas. A ellos, se suman 69.032 nuevos diagnósticos en parejas mayores de 65 años, que se pueden encontrar situaciones similares. Sin embargo, vivir solo no es sinónimo de sentirse solo. La situación de soledad no deseada también afecta a aquellas personas que aun viviendo acompañadas no se sienten suficientemente apoyadas, comprendidas o integradas. Como explicó Sara Cos, esta soledad no deseada es “la percepción de sentirse solo. No es vivir solo, es sentirse solo”.

“La soledad no deseada puede conllevar más ansiedad, incertidumbre, miedo, o, incluso, más aislamiento. Si todo ello lo unimos a un proceso oncológico puede hacer que todas estas sensaciones aumenten y puede que cueste más el sobrellevar el diagnóstico oncológico a nivel emocional”, comentó Sara Cos.

Anna Rodríguez destacó la importancia del papel de la Enfermería porque “somos la referencia de las pacientes”. Comentó que las pacientes con edad avanzada suponen “un reto” porque “consultan menos”. Explicó que en estos casos es muy importante la coordinación con otras áreas, como Atención Primaria, porque “no todo el mundo se adapta a la tecnificación de las consultas y al paciente más mayor hay que llamarle”. Esta tecnificación de las consultas puede suponer una barrera para las personas mayores que carecen de las competencias digitales necesarias para usar las nuevas tecnologías.

Camino hacia una cirugía personalizada

Tras la mesa redonda llegó el turno a la conferencia impartida por la Dra. María Jesús Pla, coordinadora Unidad funcional de Mama del Hospital Universitari de Bellvitge (HUB) – Institut Català d’Oncologia (ICO), sobre la evolución de la cirugía de mama que “ha seguido un camino hacia una individualización que depende del tumor y de la paciente”.

“Actualmente para decidir el tratamiento de una paciente existen dos condicionantes. Un tipo de condicionantes están relacionados con la propia paciente, como son sus antecedentes personales, la patología asociada y, muy importante, la edad y estado menopáusico. Luego existen los factores que dependen del tumor. No podemos hablar de un cáncer de mama, existen cinco tipos principales de cáncer de mama. Por lo tanto, existirá el subtipo molecular de cáncer de mama que presenta la paciente y el estadiaje. Por ello, es importante realizar un diagnóstico muy preciso de estos dos factores”, explicó la Dra. María Jesús Pla.

La importancia del voluntariado testimonial de mama

La mañana concluyó con un coloquio en el que se habló de la importancia del voluntariado testimonial de mama de la Asociación. Una mesa que contó con los testimonios de Bridget Lester, Isabel Sáez y Rosa María Pérez, que antes de convertirse en voluntarias de la Asociación superaron un cáncer de mama. Además, también estuvo presente Magda Ciendones, gestora de casos de cáncer de mama en el Hospital de Sant Pau, quien explicó que “no llevo casos, atiendo a las personas y las empodero para que puedan llevar su caso”.

La voluntaria Rosa María Pérez explicó su experiencia como paciente de cáncer de mama y destacó que “te cambia totalmente a nivel laboral”. Cabe recordar que el 70% de las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama han perdido salarios o ingresos y, además, el 34%, su trabajo.

Rosa María también comentó que “me hubiera venido bien una voluntaria testimonial porque la persona que hace de testimonial te puede entender ya que empatiza mucho durante el proceso”. Bridget Lester añadió que “conocer a una mujer que había pasado por lo mismo, me cambió mi vida. Conocer su experiencia me dio alas. Si ella pudo superar la enfermedad, yo también. Por eso, una vez que estaba recuperada emocionalmente, quise colaborar de la misma forma”.

Ejercicio y nutrición para afrontar el proceso oncológico

Esta jornada con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama organizada por la Associació Contra el Càncer a Barcelona concluyó por la tarde con el taller ‘¡Fuera miedos! Gana seguridad al comer y al hacer actividad física’. Este taller fue impartido por Herminia García y María Amarillo, fisioterapeutas oncológicas, y Olga Muñoz y Giuliana Schifini, dietistas-nutricionistas especializadas en oncología.

El taller abordó y puso luz sobre algunos mitos sobre alimentación y cáncer además de intentar evitar los miedos sobre qué comer o a hacer ejercicio físico durante el proceso oncológico. Uno de esos mitos es el del azúcar que “por la evidencia científica sabemos que no tiene relación con el cáncer” aunque, como explicó Olga Muñoz, que también es la responsable de Bienestar Físico de la Associació Contra el Càncer a Barcelona, “hay que intentar limitar al mínimo posible su consumo” para evitar problemas de obesidad y sobrepeso.

Olga Muñoz comentó que “la combinación entre ejercicio físico y nutrición es importante para afrontar el proceso oncológico, sobre todo entre el diagnóstico y el tratamiento para preparar nuestra nutrición y estado físico para el tratamiento”. “La alimentación y la actividad física son importantes para tener un buen estado nutricional y físico para así poder tolerar mejor los tratamientos y tener una mejor calidad de vida”, prosiguió explicando Olga Muñoz.