¿Sabes qué es el linfedema? ¿Es posible prevenir su aparición si padeces o has padecido cáncer de mama? La Dra Virginia Prieto, responsable de la Unidad de Fisioterapia Oncológica del Espacio Activo Contra el Cáncer de Madrid, nos da unos sencillos y prácticos consejos para tratar una de las secuelas más frecuentes tras el cáncer de mama.

Linfedema en el paciente con cáncer

La cirugía del cáncer de mama conlleva, en ocasiones, la extirpación de los ganglios linfáticos de la axila, lo que provoca una hinchazón del brazo de la mama afectada debida a la acumulación de líquido (linfa). Es lo que se conoce como linfedema.

Tratar el linfedema

Causas del linfedema

Hay otros factores, como la radioterapia, el sobrepeso y la obesidad, que también pueden ayudar a su aparición. Igualmente, aunque es una secuela que suele asociarse al cáncer de mama, también es frecuente en personas que han recibido tratamiento para melanoma y cánceres genitourinarios (cáncer que afectan las vías urinarias, la vejiga, los riñones, la próstata, los testículos, etcétera.).

Esto no quiere decir que todas las pacientes vayan a desarrollar esta complicación. Además, el tiempo de aparición del linfedema es variable. Aunque su aparición puede ser inmediata tras la cirugía, también puede desarrollarse de manera gradual al cabo de meses e incluso años.

¿Qué puedes hacer?

Durante nuestro taller online ¿Qué puedo hacer para prevenir y manejar el linfedema?, la Dra. Virginia Prieto incidió en la importancia de saber detectar los primeros síntomas, así como de conocer qué cuidados son los más recomendables para prevenir el linfedema.

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Taller online ¿Qué puedo hacer para prevenir y manejar el linfedema?

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Síntomas del linfedema

Las personas con linfedema en un brazo o una pierna pueden tener los siguientes síntomas:

  • Inflamación de una zona del brazo o la pierna.
  • Sensación de “pesadez”.
  • Debilidad o disminución de la movilidad.
  • Los anillos, los relojes o la ropa comienzan a apretar más de lo habitual.
  • Molestias o dolor.
  • Piel endurecida.
  • Apariencia de piel de naranja (hinchazón con pequeños hoyuelos).
  • Desaparición de venas y relieves óseos.

Evitar el linfedema

La prevención del linfedema debe comenzar inmediatamente tras la cirugía y requiere una serie de cuidados diarios muy sencillos.

Estas recomendaciones te ayudarán a retrasar o controlar en lo posible la aparición del linfedema.

  • Es recomendable que inicies, cuanto antes, un programa de ejercicios respiratorios y de movilidad, que se realizarán con suavidad, lentitud y sin “rebote” al llegar al final del movimiento. Consulta con un especialista en fisioterapia para que te guíe.
  • Extrema la higiene de la piel del brazo: emplea jabones neutros, sécala minuciosamente y aplícate crema hidratante diariamente. Ante cualquier herida en la piel del brazo u hombro, lávala con agua y jabón, y emplea un antiséptico.
  • Evita ropa apretada en el brazo y hombro afectado. Es recomendable que utilices un sujetador con tirantes anchos y acolchados para evitar comprimir la zona del hombro.
  • En el caso de linfedema, no te pongas pulseras, reloj ni anillos en el brazo afectado.
  • Evita cargar peso con el brazo afectado. No te coloques el bolso en el hombro de ese lado
  • Evita las extracciones de sangre, vacunas o la administración de medicamentos en ese brazo.
  • No te tomes la tensión en esa extremidad.
  • Emplea guantes cuando utilices tijeras, cuchillos o cualquier otro utensilio cortante. Evita las mordeduras y arañazos de perros y gatos.
  • Si eres diabética y necesitas conocer los niveles de glucosa, procura no pincharte en los dedos de la mano afectada.
  • Depílate con maquinilla eléctrica (ni cera caliente ni cuchillas).
  • Evita el calor excesivo en el brazo (saunas, baños de sol o agua muy caliente).
  • Realiza actividad física regularmente (andar, nadar, pasear en bicicleta).
  • Lleva una dieta rica en frutas y verduras, con poca sal y baja en grasas.