Según el Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, el cáncer colorrectal es el de mayor incidencia en España, por delante de mama o próstata, con 40.926 nuevos casos diagnosticados en 2021. Se trata además del segundo tipo de cáncer que más muertes causa al año en España. En el 2021, 15.269 personas fallecieron a causa de este tipo de tumor. Cerca del 90% de los cánceres de colon y recto podrían ser curados si se detectasen de modo precoz, antes de que la enfermedad alcanzase sus estadios más avanzados. Por este motivo, es importante que la población participe en los programas de cribado. El programa de cribado en cáncer de colon permite la posibilidad de detectar lesiones malignas (o premalignas que en un futuro pudieran malignizarse) antes de que la persona note algún síntoma. Este programa va dirigido a la población general entre los 50 años y los 69 años.

Es cierto que existen síntomas de alarma como sangre o moco en las heces, cambio en las deposiciones, o dolor abdominal y pélvico. Sin embargo, algunos pacientes no presentan síntomas, especialmente en las fases iniciales. Por ello, trabajar en detección precoz y en prevención son dos de los retos más importantes para reducir la incidencia de este tipo de tumor.

Las causas exactas del cáncer colorrectal no se conocen en la mayoría de los casos; aunque se sabe que existen unos factores de riesgo que favorecen su aparición, la mayoría de ellos relacionados con hábitos de vida. Es el caso del alcohol o del tabaco. Incluso, haber tenido un cáncer colorrectal previo aumenta el riesgo de un segundo cáncer colorrectal.

Sin embargo, una de las dudas más habituales es si tenemos más riesgo de tener cáncer si lo ha padecido uno de nuestros familiares. En este sentido, es importante distinguir entre una cierta agrupación familiar (hasta un 25% de los pacientes tienen un familiar afecto), la existencia de un componente hereditario (menos del 10% de los casos) y por último la existencia de síndromes específicos (menos del 5% de los casos) en los que se han identificado una serie de genes cuya alteración predispone, en mayor o menor grado, a la aparición de cáncer colorrectal. Entre estos síndromes se encuentran el cáncer colorrectal hereditario no polipósico y la poliposis colónica familiar.

Participar en programas de cribado

La participación en los programas de cribado de cáncer de colon es fundamental para su detección precoz. Cabe recordar que con una prueba tan sencilla como el test de sangre oculta en heces (TSOH) es posible detectar lesiones premalignas o pólipos que en un futuro pudieran malignizarse. Se trata de un programa dirigido a personas con edades comprendidas entre 50 y 69 años.

Esta prueba se puede realizar el propio domicilio con un sencillo kit. La recogida de la muestra permite detectar cantidades microscópicas de sangre en una muestra de heces que, en caso de ser positiva, indica la presencia de una lesión, que puede ser maligna o no. De esta forma, solo entonces, es necesario analizar dicha lesión, a través de una colonoscopia, para detectar o descartar un posible tumor o pólipo.

Problemas de desigualdad

Otro dato destacar es que la ciudadanía también debe hacer frente a desigualdades en el diagnóstico precoz de cáncer de colon según su lugar de residencia. Así lo recoge el informe ‘Impacto del cáncer en España: Una aproximación a la inequidad y los determinantes sociales’.El principal problema, precisamente, es que el programa de cribado en cáncer de colon está implantado de manera desigual en nuestro país. De esta forma, hay Comunidades Autónomas cuya población diana (entre los 50 y 69 años de edad) accede a estos programas con una tasa de participación superior al 65%, como País Vasco o Navarra. Otras, en cambio, necesitan seguir avanzando para que en su territorio todas las personas en edad de riesgo puedan acceder a estos programas de cribado.