En 2022 se diagnosticaron en España un total de 41.616 casos de cáncer de colon, lo que le convierte en el de mayor incidencia en España. Incrementar el conocimiento de los factores de riesgo de este tipo de cáncer como, por ejemplo, el sedentarismo, el sobrepeso o la mala alimentación, resulta sumamente importante para mejorar la prevención.
A pesar de que en la última década ha aumentado el conocimiento sobre las características del cáncer colorrectal entre la población española, sigue siendo imprescindible profundizar en los factores de riesgo y en la necesidad de adoptar estilos de vida saludables para conseguir el objetivo de la Asociación Española Contra el Cáncer de alcanzar el 70% de supervivencia en cáncer en 2030.
En la mayoría de las ocasiones, estos factores de riesgo parecen totalmente subestimados a la hora de valorar el riesgo personal. Sólo un tercio de los encuestados en el ‘Estudio sobre las actitudes, conocimiento y comportamiento de las personas entre 50 y 69 frente al programa de cribado de cáncer de colon’, elaborado por el Observatorio del Cáncer, cree que tiene un riesgo personal alto o muy alto de desarrollarlo.
Está demostrado que se puede reducir en un 18% el riesgo de padecer cáncer mediante una alimentación saludable, la práctica diaria de ejercicio físico y manteniendo un peso saludable, según el Código Europeo Contra el Cáncer.
¿Cuál es la relación entre cáncer de colon y alimentación?
Una dieta saludable, como es el caso de la dieta mediterránea, es una de las formas que tenemos de prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de colon. La explicación detrás de esta relación entre cáncer de colon y la alimentación tiene que ver con el potencial inflamatorio que tienen ciertos nutrientes en el sistema digestivo.
La vitamina C (brócoli, coliflor, fruta…) y la vitamina D (sardinas, pez espada, palometa…) influyen en la prevención de gran parte de este tipo de tumores. Sin embargo, un consumo bajo de vegetales sin almidón o frutas podría aumentar el riesgo a padecer un cáncer de colon en el futuro.
Muestra de esta evidencia es el Estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition), que contó con la participación de diez países europeos, entre ellos España, y que concluyó que el consumo de fibras, frutas y verduras es un factor positivo en la prevención del cáncer colorrectal.
Todo ello teniendo siempre en cuenta que los factores genéticos y ambientales también desempeñan un papel importante en el desarrollo del cáncer colorrectal.
Para la prevención del cáncer de colon se recomienda:
- Evitar la carne procesada, limitar el consumo de carne roja y tener un consumo equilibrado de alimentos.
- Consumir alimentos de origen vegetal, ricos en fibra alimentaria, como frutas y verduras, preferiblemente que no contengan almidón.
- Evitar los alimentos muy energéticos, los que contienen muchas calorías en una porción pequeña, que suelen tener muchas grasas animales y azúcares: bebidas azucaradas, comida rápida o los aperitivos salados son solo algunos ejemplos.
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas o, por lo menos, limitar en todo lo posible su consumo.
¿Cómo afecta el sedentarismo al colon?
Se estima que al menos un 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud: en España entre el 30 y el 40% de la población adulta en España es sedentaria.
La actividad física reduce la probabilidad de aparición de cáncer colorrectal y, entre las mujeres, de mama y de endometrio, que figuran entre los más comunes en Europa. Ayuda a mantener un peso corporal saludable y actúa en los niveles de glucemia, insulina, hormonas afines y hormonas sexuales, en la inflamación y en el sistema inmunitario, factores todos que influyen en el riesgo de cáncer.
Se considera que el riesgo de cáncer es un 4 % más bajo entre las personas que practican diariamente una actividad física moderada, como mínimo durante 30 minutos (o 150 minutos semanales, recomendación de la OMS), que entre quienes no realizan actividad física (menos de 15 minutos diarios).
Según las últimas investigaciones, las personas más sedentarias tenían un 82% más de riesgo de mortalidad por cáncer en comparación con las menos sedentarias.
La actividad física puede dividirse en actividad ligera, moderada o intensa en función de la frecuencia y la intensidad con la que se realiza:
- La actividad ligera es simplemente no estar sin hacer nada, es decir, no ser sedentario. Por ejemplo, estar de pie, dar un paseo, hacer estiramientos o jugar al tenis de mesa.
- La actividad moderada es la que genera un poco de sudor o una respiración algo más intensa, y acelera las pulsaciones. Por ejemplo, caminar rápido, bailar, jugar al tenis o trabajar en el jardín.
- La actividad intensa requiere una gran cantidad de esfuerzo y nos hace sudar, respirar con dificultad o aumentar la frecuencia cardíaca. Por ejemplo, correr, practicar deportes como fútbol, natación, baloncesto, senderismo o aerobic, ir en bicicleta (deprisa) o transportar objetos pesados.
El sedentarismo y, por supuesto, la mala alimentación, son además de factores de riesgo del cáncer de colon, factores asociados a la obesidad (Índice de Masa Corporal o IMC superior a 30).
La acumulación de grasa en el cuerpo produce hormonas como el estrógeno, también inflamación permanente y un aumento en la presencia de la insulina, lo que promueve el crecimiento y la reproducción celular y aumenta la probabilidad de aparición de un cáncer.
Los tipos de cáncer más habituales relacionados con la obesidad son el colorrectal, de riñón, de esófago, de páncreas y de vesícula biliar; además, en el caso de la mujer, los de mama (en posmenopáusicas), endometrio y ovarios.
Según la OMS, desde 1975 la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo: más de 1.900 millones de adultos tienen sobrepeso (el 39% de la población de 18 años o más), de los cuales más de 650 millones son obesos (el 13%).
Este problema también afecta a los menores. Según la OMS, en el mundo, 41 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso o son obesos y más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) presentan sobrepeso u obesidad.
Otros factores de riesgo del cáncer de colon
Además de la alimentación, el sedentarismo y el sobrepeso existen otros factores de riesgo, modificables o no, relacionados con el cáncer de colon, por ejemplo:
- La edad. Es el principal factor de riesgo no modificable de padecer cáncer colorrectal, ya que el riesgo de padecer la enfermedad y de la aparición de pólipos en el colon y recto aumenta con los años. La mayoría de los pacientes con cáncer de colon tienen más de 50 años, aunque también puede aparecer en personas más jóvenes.
- El tabaco aumenta el riesgo de padecer pólipos, que suelen ser los precursores del cáncer colorrectal, y está relacionado con hasta 16 tipos de cáncer. Por su parte, el consumo de alcohol favorece el crecimiento de las células de la mucosa del colon, dando lugar a la aparición de pólipos.
Nueve de cada 10 personas sobrevivirían al cáncer de colon, el de mayor incidencia en España, si se detectara de forma precoz.
Por ello, es imprescindible concienciar a la población diana, hombres y mujeres entre 50 y 69 años de edad, sobre la importancia de mantener un estilo de vida saludable y de participar en los programas de cribado del cáncer colorrectal a través del test de sangre oculta en heces (TSOH).
Publicación súper interesante y muy bien escrita, como todo el blog. Enhorabuena por el trabajo de difusión y visibilidad que dais.